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Mujeres en Tecnología Latam: Un Camino Hacia la Equidad

En los últimos cinco años, la participación de las mujeres en la industria de la tecnología en Latinoamérica ha mostrado avances, pero la brecha de género persiste como uno de los principales desafíos. Según datos recientes, países como Argentina, Brasil, Chile y México han visto un aumento en el número de mujeres que ingresan a carreras STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas), aunque este incremento sigue siendo modesto en comparación con la demanda creciente del sector. En 2023, las mujeres representaban solo el 30% de la fuerza laboral tecnológica en la región, una cifra que refleja la subrepresentación histórica que aún afecta a la industria.

Factores detrás de la brecha de género

Uno de los principales factores que contribuyen a la brecha de género en el sector TI es el acceso desigual a la educación tecnológica. En muchos países de Latinoamérica, las niñas y jóvenes tienen menos oportunidades de acceder a programas de formación en tecnología y ciencias. Las brechas sociales y económicas también limitan la inclusión de mujeres, especialmente en áreas rurales y comunidades desfavorecidas. Además, persisten los estereotipos de género que desalientan a las niñas de optar por carreras tecnológicas desde temprana edad.

Según un estudio realizado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), aunque la matrícula de mujeres en carreras STEM ha aumentado en un 20% en la región, solo un pequeño porcentaje logra ingresar al mercado laboral tecnológico en posiciones de liderazgo o innovación.

¿Cómo las empresas pueden reducir la brecha de género en los puestos TI?

Desde el reclutamiento de estos perfiles es recomendable redactar de manera inclusiva las vacantes.  Es crucial que las descripciones de los puestos de trabajo no incluyan un lenguaje que desincentive a las mujeres a postularse. Un estudio de LinkedIn reveló que las mujeres tienden a no postularse a un empleo a menos que cumplan con el 100% de los requisitos, mientras que los hombres lo hacen con un 60%.

También, puedes fomentar procesos de reclutamiento ciegos. Con esta práctica evitarás sesgos inconscientes, se puede eliminar el género, el nombre y otros detalles personales de los currículums durante la etapa inicial de selección. Esto permite que las decisiones se tomen basadas en habilidades y experiencia.

Es una buena práctica crear cuotas de género en los procesos de selección. Establecer cuotas o metas para garantizar que un porcentaje específico de las personas consideradas para roles tecnológicos sean mujeres puede ser una estrategia efectiva. Esto no significa contratar por género, sino asegurarse de que las mujeres tengan una representación justa en las entrevistas y en el proceso de selección.

“Implementar prácticas inclusivas no solo aumenta la diversidad del equipo, sino que también mejora la innovación y la resolución de problemas. Por ejemplo, la diversidad de género trae nuevas perspectivas y enfoques creativos, lo que fortalece la competitividad de la empresa en un mercado global. Además, incitaría a las mujeres a estudiar en Bootcamp y ampliar sus posibilidades laborales, ya que son carreras cortas y con amplia empleabilidad”, señala Loreto Opazo, Head Of Recruitment de QiBit- Chile.

Conoce más a Loreto aquí 

Iniciativas regionales para reducir la brecha

En respuesta a este panorama, varios países de Latinoamérica han puesto en marcha programas que buscan reducir la brecha de género en la industria TI. Por ejemplo, en Chile, el programa “Más Mujeres en Tecnología” ha trabajado en crear redes de apoyo para mujeres profesionales, ofreciendo mentorías, talleres de desarrollo de habilidades y acceso a oportunidades de empleo.

Brasil, con su programa “Programa Meninas na Ciência”, se ha enfocado en inspirar a las niñas a ingresar al campo de la tecnología desde una edad temprana, abordando el desafío desde el sistema educativo. En Colombia, la Iniciativa del Ministerio TIC ha lanzado múltiples campañas para fomentar la inclusión de mujeres en sectores clave de desarrollo tecnológico, como la programación y la inteligencia artificial.

Las empresas privadas también han comenzado a desempeñar un papel crucial. Compañías como Globant y MercadoLibre han desarrollado sus propios programas internos de inclusión, creando cuotas de participación femenina en roles tecnológicos, promoviendo la igualdad salarial y facilitando el crecimiento de mujeres en puestos directivos.

Desde Generation, Macarena Millán, BD & Parnerships Manager de Generation Chile, comenta que,

“En un sector donde la innovación es clave, la diversidad de talento es la fuerza para impulsar soluciones más creativas. Los bootcamps de Generation están compuestos por un 40% de mujeres y seguimos trabajando para que ese número aumente”. Macarena agrega que cuando las egresadas de Generation Chile les cuentan que logran terminar el programa y emplearse en tecnología, otras mujeres se inspiran a hacerlo y lo logran también. “Vale decir que están en un muy buen momento ya que muchas organizaciones están comprometidas con incluirlas en sus equipos. Cuando empresas nos dan feedback sobre la performance femenina destacan las habilidades como: resolución de problemas, colaboración y pasión por crecer”. 

Descubre más sobre Generation Chile y sus programas aquí 

¿Qué más se puede hacer?

A pesar de estas iniciativas, el camino hacia la equidad de género en la industria TI de Latinoamérica todavía tiene mucho por recorrer. Algunos de los retos que siguen afectando al sector incluyen la baja representación de mujeres en posiciones de liderazgo y la falta de políticas robustas de conciliación laboral y familiar, que afectan más a las mujeres en comparación con los hombres.

Una de las soluciones más discutidas es la creación de programas de educación continua, enfocados en brindar formación técnica a mujeres en diversas etapas de su vida profesional. Las alianzas entre el sector público, privado y las instituciones educativas también serán clave para ampliar el acceso a la tecnología y reducir los sesgos de género en la región.

Otro aspecto fundamental es cambiar la narrativa cultural que sigue viendo la tecnología como un campo predominantemente masculino. La creación de modelos a seguir y la visibilización de mujeres exitosas en el sector TI son esenciales para inspirar a las nuevas generaciones.

Si bien los avances en la participación femenina en la industria tecnológica de Latinoamérica han sido significativos, aún son insuficientes. El crecimiento del sector TI, que demanda cada vez más talento especializado, no puede permitirse excluir a la mitad de su población potencial.

Las iniciativas en marcha están generando impacto, pero se requiere un esfuerzo conjunto más amplio para derribar las barreras estructurales y culturales que impiden la igualdad en el sector.

Lograr una mayor participación femenina no solo es un imperativo ético, sino también una cuestión de competitividad para la región. La tecnología es el futuro y las mujeres deben ser parte integral de ese futuro, creando, innovando y liderando.

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